MT Evolution Dancers y Danza Mónica Tello en Extredanza 2015. |
Con el baile aprendí
- A respetar a los demás y a respetarme a mi misma.
- Aprendí a tener más calidad humana y valores.
- Aprendí a verme con realismo y con objetividad, a exigirme el máximo esfuerzo desde la cordura, la disciplina de mi espíritu, la constancia, el compromiso, indispensables para llegar a la meta, al sueño, al objetivo o al propósito.
- Aprendí a no juzgar a mis compañeros, a mis colegas de profesión, pues entendí no ser la poseedora de la única puerta que lleva al arte de la Danza.
También la Danza y sus años de práctica, me enseñaron a valorarme y a ser mi propio juez, pues nadie mejor que yo si con honestidad sé dónde están mis límites. Con ésta actitud mantengo los pies en la tierra, pero me permito volar cuando quiero. Y vuelo cuando de verdad baila mi alma y mi cuerpo la sigue. En esos momentos me permito ser, me encuentro conmigo misma y NO TENGO MIEDO de SER quien soy, ni miedo a lo que piensen de mi por si les fallo, por que ya no me importa ser juzgada, y eso realmente es la libertad.
- Aprendí a soltar las cuerdas que me ataban a las formas establecidas, y a crear lo que realmente estaba ya creado desde el principio y que mis vendas no me dejaban ver.
- Y todo ésto aprendí a llevarlo a mi vida cotidiana, a la relación con mis iguales.
- Ya no critico a quien con verdad baila, me deleito con su danza, la disfruto y la dejo posar en mi.
- He aprendido a comunicarme sin palabras, y no sólo a contar sobre mi Danza, he aprendido a comunicarme con vosotros que me veis. Puedo hasta a veces gritar sin mis cuerdas vocales, pero sé que sabéis dónde está el grito y la risa….
- He aprendido que cuando comunico con mi cuerpo quien soy a través de la Danza, realmente soy yo la que se está enterando de quien soy, de lo que está dentro de mi, detrás de la banalidad que muchas veces son las palabras, y de esa comunicación sincera, la felicidad de serlo…..no importa si me siento pequeña o grande, si lloro o río…sólo sé quiero decirlo y saberlo…..y aprendí a llevarlo a mi vida cotidiana….y ser más sincera.
Y como ya no me juzgo:
- Ya no juzgo a nadie, y eso me da felicidad, paz, y cariño hacia los demás.
- Al hacerme maestra entendí que debía dejar abiertas las puertas de lo aprendido, para que los alumnos entren y aprendan, nos superen. Así debería ser, no hay miedo.
Ni un sólo minuto de las largas horas de mi vida trabajando la técnica han sido perdidas.
Mónica Tello interpretando a Gea, en "Eter, el aire que respiran los Dioses" |
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