Adela y Martirio de La casa de Bernarda Alba.

La casa de Bernarda Alba. Mónica TelloQuiero compartir con todos el día de hoy. Hoy hemos estado ensayando la escena del tercer acto de Adela y Martirio, se advertía un día más, pero, la pregunta de alguien de la sala, nos abre el camino a seguir de nuestra jornada.


 Me gusta siempre comenzar las jornadas con un ejercicio de respiración, otras veces meditación, otras reflexión. Pero hoy elegí meditar mirando un punto, Gonzalo me pregunta para qué sirve ésto que hacemos, y yo, respondo que para qué no sirve.

 Esa pregunta nos hace reflexionar sobre nuestro trabajo en Bernarda Alba, nos hace calmara nuestra mente. Tras una barra de danza Clásica, alineamos nuestro cuerpo, nuestra mente se equilibra, fortalecemos nuestra espíritu y nuestras capacidades, tanto físicas como mentales, se ponen a disposición para ser capaces de superarnos.

La casa de Bernarda Alba. Mónica TelloCaminar por compás de Seguriyas e ir aumentando la complejidad nos hace adentrarnos, como dice La India en su libro, El Flamenco mi inspiración, en el mismo momento en el que la sangre brota. En ese momento no se puede pensar ni reflexionar, sólo sentir dolor.

Realmente ayer comprobamos cómo llegamos a un estado de excesos emocionales, al calvario de la escena de Martirio y Adela, los gritos descongestionaron la garganta de Martirio, su pecho explosiona como una granada y la tragedia aún está por venir.


Adela defiende lo que considera suyo, los sentimientos de cada una están por encima de la sangre de hermanas. No os puedo relatar lo que sentimos, pero sí os digo, que estuvimos suspendido en la mirada penetrante de ambas que se metían en las emociones de los personajes desde ellas mismas.

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